Arranca el día en una urbanización de las afueras de Madrid. Daniel visita al vecino que cuida de su madre para pagarle. Todavía no le ha dado de alta en la Seguridad Social, ya que considera que esta situación le abarata los costes. Piensa además que al ser el hogar familiar el lugar de trabajo, las inspecciones de empleo son menos probables. Pero…
Sanciones económicas, enfermedades laborales del cuidador que jamás serán reconocidas, riesgos en la salud del anciano…
La ley respalda los derechos de los cuidadores y responsabiliza a las familias de hacer una contratación legal. Además, la Seguridad Social tiene derecho a reclamar las diferencias salariales durante cuatro años, más un 20% de recargo y una posible sanción por falta de cotización que puede ascender entre 600 y 100.000 euros.
“Lo acabas viendo como normal y no lo es”
dice meses después Daniel
Su vecino, el falso cuidador, una persona que consideraban de confianza, les ha denunciado y reclama su salario correspondiente de forma retroactiva durante un año. Ahora, la ley no ampara a la familia ante este problema. Es la cara B de una decisión que no se imaginó que pudiera llegar a ocurrir, además de la incomodidad de la situación, ya que al ser una persona cercana, nunca se sintieron libres ni cómodos para expresar si algo no les gustaba.
Si necesitas un cuidador para ti o algún ser querido llámanos sin compromiso, te ayudaremos a encontrar la solución que mejor se ajuste a vuestras necesidades y bolsillo. Un cuidador en regla no es un gasto, es una inversión para mantener vuestra tranquilidad y calidad de vida.
Ana María Adán Míguez dice:
Estoy totalmente de acuerdo en que aceptamos situaciones totalmente irregulares como normales, cuando la mayoría nunca querríamos esto para nosotros mismos.
Cocoon GOLD dice:
Exacto! Gracias por dejarnos tu comentario 😀